Haber, haber, haber… uno siempre debe dar una vuelta por la red para conocer cómo evolucionan temas como éste; y he notado con contento que el Furry es un movimiento que va atrayendo más la atención de los amantes de la gráfica, pero que también se esta dando un entrevero al momento de querer definirlo y estructurarlo.

 

Ya ha casi 2 años escribí un artículo donde expuse de manera ligera lo que el Furry contemplaba y sus avatares en el mundo animado. Si en algo he contribuido a fomentar aprecio por este tipo de creaciones, me gustaría pensar que sí; pero ahora urge escribir más, dado que entre los recién enterados, exacerbados, y otakus están confundiendo todo:

 

 

Recapitulando…

 

Copy-Paste: “El Furry es una variante gráfica que se inspira en personajes animales con marcados rasgos antropomórficos para protagonizar historias”.

 

Conforme a este concepto, los protagonistas de las historietas y animaciones deben ser animales con características humanas (raciocinio, habla, etc.) MÁS NO animales puros, humanos, o humanos con pequeñas características animales. Así por ejemplo, Looney Toons es una serie animada eminentemente Furry dado que los protagonistas son Bugs Bunny y demás compañeros zoomorfos con características humanas (Furry). Afianzando la explicación, no se crea entonces que cualquier personaje con aspecto animal cabe dentro del concepto Furry, y aquí es donde todavía existe confusión:

 

Esta imagen la encontré en la red e indiqué que era un referente del punto de vista estadounidense con respecto al Furry. ¿Por qué?, porque hace hincapié en que el personaje no  debe  presentar ni  100% ni  solo 10% de aspecto  animal, sino que  debe

ubicarse entre estos valores (y preferentemente, cerca al 50%)

 

 

Aquí un personaje de moda, Fluttershy (MLP: FIM), en una escala útil para entender mejor la explicación anterior. Los personajes del 1 al 3 entran cómodamente en el catálogo  Furry.  El  cuarto en  cambio  se aproxima  al valor 10%: se  percibe como  un

personaje humano (como el quinto) pero con algunos caracteres de Pegaso

 

 

Los dibujantes estadounidenses (y todos los demás del globo influenciados por su estilo) no han sido aficionados a crear personajes humanos con solo 10% de zoomorfismo. Salvo que los personajes hayan usado trajes con elementos animales como Gatúbela, los dibujantes estilo comic han preferido no hacer este tipo de mezcla morfológica por considerar que las historietas y series animadas protagonizadas por personajes humanos deben conservar completa esencia humana, no animal. No obstante, en Japón ha ocurrido distinto...

 

 

Kemono y Kemonomimi:

 

En Japón, todo lo que comprende el Furry ha sido englobado tradicionalmente bajo el título de Kemono. Como consecuencia, se llegó a considerar que Furry y Kemono eran palabras enteramente sinónimas. Sin embargo, desde la década pasada los estadounidenses se han esforzado por que ya no sea así…

 

Culturalmente, los japoneses han vinculado al Kemono con cuentos locales y creaciones animadas de empresas extranjeras como Disney. Por esto, y la avalancha de personajes humanos protagonizando historias Anime y Manga, el Kemono ha sido visto como un género propio para público infantil. Lo extraño en esto (como en muchas cosas que suceden en Japón XD) es que los adolescentes y mayores de edad SÍ han tolerado disfrutar historias con personajes humanos que presentan algunos elementos animales como orejitas, colmillitos, colita, etc. Como bien lo estarán suponiendo, amigos lectores, los nipones lo toleran porque esto les parece un aspecto kawaii y hasta útil para acentuar la sensación ecchi de sus creaciones. A estos personajes humanos con algunos caracteres animales (y aquí la diferencia más notoria con el Furry) los japoneses también los han incluido dentro del catálogo Kemono; y por la buena acogida que estas creaciones han recibido por parte del público, se ha acuñado un término para distinguirlos de todo aquello que se considera dentro del Kemono tradicional: Kemonomimi (“orejas de animal”). Así, Kemonomimi es el personaje humano que presenta algunas características animales pero aún con esto mantiene su esencia humana (curiosamente el que los estadounidenses han valorado como 10% zoomórfico, y por tal, no considerado Furry). Cuando este personaje presenta elementos felinos se le denomina Nekomimi (“orejas de gato”), si el personaje presenta elementos de zorro se le denomina Kitsunemimi (“oreja de zorro”), y así, una composición del nombre del animal en japonés y la terminación “mimi”. Otra forma para denominar estos personajes es de acuerdo al género. Aquí se usa parcial o totalmente el idioma inglés; y primero se nombra al animal y después al sexo del personaje (Nekogirl o Catgirl si es un personaje Nekomimi femenino, y Nekoboy o Catboy si es un personaje Nekomimi masculino).

 

¿Se acuerdan de este personaje? Todavía cuando recuerdo el opening de su Anime se me escarapela el cuerpo n_nΔ

 

 

¿Cómo denominarlo?:

 

Como Kemono y Furry representaban lo mismo (animales con caracteres antropomórficos) pero no consideraban lo mismo (porque los estadounidenses no acostumbran crear personajes humanos con un 10% de zoomorfismo mientras los japoneses sí y lo denominan Kemonomimi), para el nuevo milenio surgieron interrogantes: ¿En quién nos basamos?, ¿cómo titulamos a estas creaciones? Es aquí cuando resolvemos la mayor discusión…

 

He encontrado páginas donde se pretende convencer al público que los japoneses fueron los promotores mundiales de historias con animales antropomorfos. Estas páginas se sustentan en la existencia de antiguas leyendas japonesas, que muchas veces han sido citadas en Animes de producción reciente. Este argumento, en consecuencia, pretende que el público no emplee la palabra Furry sino que lo reemplace de su vocabulario por la palabra Kemono. Pero si recurrimos a la Historia Universal, quien escribe podría aseverar que los iniciadores de leyendas con animales antropomorfos fueron los griegos (con el minotauro o las harpías), y mucho atrás los egipcios (con rituales para evitar la ira de Horus y Anubis). Considerar, pues, la sola mención de personajes zoomórficos en la Historia de un país no le convierte en cuna de esta variante gráfica ni le da derecho para nombrarlo a su modo.

 

Algo que también se debe considerar es que cada vez que tratamos de una historieta o animación lo primero que se nos viene a la cabeza es que los protagonistas son humanos. Cuando pasa diferente (los protagonistas son animales con características humanas) se hace obligado distinguir a estas creaciones de la producción común. Usar la palabra Furry es lo más conveniente, porque se refiere exclusivamente a animales antropomorfos y no incluye a humanos con algunos elementos animales.

 

La tercera razón para emplear esta palabra se apoya en el tiempo de culto y desarrollo dedicado en EEUU a esta variante gráfica. Es cierto que la palabra Furry se hace de uso aceptado en dicho país a mediados de la década del ’80, pero desde muchas décadas pasadas hubieron dibujantes y empresas que manifestaron su afecto a este tipo de personajes y no dudaron en hacerlos protagonistas de historias (como Walt Disney y los socios Hanna – Barbera). Por ésta y demás razones expuestas, utilizar la palaba Furry es conveniente y también un reconocimiento al país que dio prestancia mundial a esta variante gráfica.

 

 

Entonces, por producción gráfica ¿quién fue primero?

 

Acá no es necesaria tanta exposición, porque entre los países de alta producción gráfica a nivel mundial, el primero donde se emplearon animales antropomorfos para darles protagonismo en historietas y animaciones de entretenimiento fue EEUU. Siguiendo este modelo, es que algunos japoneses se aventuraron a realizar historias protagonizadas por animales con características humanas; pero como se mencionó en líneas anteriores, por diversos motivos el gusto quedó limitado al público infantil (Osamu Tezuka, reconocido en su patria como “Padre del Manga”, confesó muchas veces su afición por las producciones de Disney. A la película Bambi por ejemplo, la vio más de 70 veces).

 

 

Además, visualmente también se distinguen:

 

Los estadounidenses vienen desarrollando y experimentando con el Furry desde hace un siglo. En cambio los japoneses lo han practicado en pocas ocasiones. ¿Quién creen que lo dibujará mejor? Que no extrañe que hasta la década pasada los japoneses dibujaran personajes Furry de aspecto pobre (Ejemplos: Keroro Gunso y Hamtaro); pero estando el Furry en reaparición mundial, hay mangakas intentando mejorar sus gráficos a la vez que tratando de darles un estilo diferente al de las creaciones estadounidenses. Estos mangakas antes fueron cultores del Hentai; y siendo sinceros, aún no exhiben trabajo que merezca loa. Son aspectos (a opinión de quien escribe) desagradables en estas nuevas versiones del Furry en Japón: que el personaje tenga razgos faciales que le asemejen a un niño humano o razgos faciales casi bestiales (con mucha pilosidad, muchos colmillos, etc.); y que también en las extremidades se abuse de detalles (como antebrazos y tobillos manchados o rodeados por una colcha de pelos, y hasta grandes cojinetes en las palmas de las manos y las plantas de los pies).

 

Adaptación Furry de K-On! PERO a nuevo estilo japonés. Nótense las características arriba mencionadas

 

 

El gusto por el Furry

 

Como en toda afición (Lucha Libre, Futbol, Ufología, Anime, etc.), en otros países algunos seguidores gustan vestir como personajes Furry. Y acá viene otro asunto que genera controversia: ¿Hasta dónde puede considerarse permisible el gusto por el Furry?

 

Poner un tope a este tipo de aficiones, que no llevan mucho tiempo de organizadas ni han experimentado suficiente contacto con el resto del mundo, siempre será difícil y subjetivo. Ojo, porque las historietas y animaciones Furry podrán ser de raíz antigua, pero no pasa lo mismo con las convenciones y demás demostraciones de sus seguidores. Además, los americanos de habla hispana aún no estamos suficientemente enterados sobre el grado de simpatía o antipatía que estén generando estos seguidores en la misma EEUU. Habrá que tentar criterios, añadiendo las críticas salvables que contra ellos haya podido encontrar en la web.

 

Toda un Mapache ^_^

 

 

Atreviéndome a comparar los efectos que despierta la simpatía por el Furry con los efectos que despierta la simpatía por el Anime, puedo considerar entonces aceptable que existan seguidores que gusten vestir como personajes Furry. Después de todo, hacer esto también es hacer Cosplay y por tal es su derecho inobjetable. Por cierto, estos trajes poseen denominación propia: Fur-Suits, y los japoneses los emplean hace tiempo bajo el nombre de Kigurumi (donde incluyen a los pijamas con elementos Furry):

 

A la izquierda, pijamas Kigurumi de Pikachu, y a la derecha, de Stich. La percepción no me da para reconocer al del centro pero debe ser un anfibio (¡qué inteligente soy!, je)

 

 

Para terminar esta sección, otra confusión existe también al querer denominar a quienes gustan vestir Fur-Suits y a quienes son fanáticos del Furry. En EEUU el modo correcto de referirse a estos cosplayers es Fursuiters y a los fanáticos como Furry Fans. Lamentablemente, según fuentes de internet, las mismas juventudes de EEUU muestran tendencia a abreviar y generalizar estas palabras. Es así como a los Fursuiters algunos también los denominan Fursuits (con lo cual se agrede al significado original de esta palabra), y a los Furry Fans como Furries (que sonoramente se presta a considerarlo como plural de la palabra Furry). Este desorden se ha ido extendiendo a los países de habla hispana (obviamente, incluyendo España), donde los seguidores del Furry se denominan así mismo Furrys (lo que me lleva a recordar Dragon Ball Z, donde el rey se llamaba Vegeta, el príncipe Vegeta, y el planeta Vegeta, ¡plop!). Si les parece respetable la siguiente apreciación: Recomiendo mejor emplear las palabras originales (Fursuiters y Furry Fans), por lo menos hasta que los mismos estadounidenses concuerden en las denominaciones a utilizar.

 

¿Quién dice que cosplayar es malo? X3

 

 

Similar criterio podemos seguir en cuanto al tema de los fan-arts y fanzines. Como era de esperarse, el Hentai y la disparatada rule34 han ocasionado que algunos seguidores del Furry desvíen su gusto a dibujar o disfrutar creaciones de corte pornográfico. A estas creaciones se les denomina Yiff, y vienen a ser para el Furry lo que es el Hentai para cualquier dibujo japonés.

 

¿Recuerdan esta imagen?, la utilicé para explicar el fenómeno MLP: FIM en un foro. Bueno,  por más que  veas a Twilight, esto ya  no es un inocente Furry; esto, papá,  se

llama Yiff (y si ves que esta en japonés, peor XD)

 

 

Lori, creación de James Hardiman. Para algunos, Hardiman es uno de los principales impulsores del Yiff, para otros, el padre de toda esta vaina XD

 

 

Lo preocupante de los Yiffer (productores o fans de este tipo de trabajos) es que algunos exacerbados, siguiendo lo más sombrío del Hentai, estén produciendo y esparciendo obras con contenido sexual aberrante, capaz de herir la sensibilidad de quien sin desearlo encuentre estas imágenes en Internet. Pues de este reprochable proceder se cuelgan opositores y ciertos otakus para atacar a todo el movimiento Furry, olvidando estos últimos que lo mismo pasó con el Anime a finales de los ’90: que por existir el Hentai, inmediatamente organizaciones de investigación limitada generalizaron sus protestas contra toda animación nipona. Claro, también se puede asumir que en estos otakus hay una carga emocional que puede estarles conduciendo a rechazar al Furry: el malestar al comprobar que cada vez hay más cibernautas solicitando obras protagonizadas por animales con caracteres antropomorfos.

 

Es obvio que el Furry, como toda variante gráfica, merece tener seguidores. El que haya recuperado adeptos y ganado nuevos no se debe a una moda esporádica sino al esfuerzo de los estadounidenses por mejorar sus creaciones. Para un amante de la gráfica, sentir celos por el reflote del Furry no es lo conveniente, además que todavía es pronto para asegurar que estemos a puertas de su Tercer Boom. Lo correcto es tomar las cosas con madurez y reconocer que al Anime no le esta yendo bien, que sus últimos títulos no están satisfaciendo a sus seguidores a nivel global como sí lo hacían hasta la década pasada, y que por tal es derecho de los seguidores de la animación buscar otra variante gráfica para entretenimiento.

 

Jocosa sátira contra los seguidores del Furry. Nótense el discutible nombramiento de Cheetara como un personaje Furry, y algunos trazos japoneses en el estilo original del autor que permiten denotar su verdadera afición (además que habría que ser bien huevo

frito para que tu gusto llegue al extremo)

 

 

El otaku frente al Furry:

 

Ya lo expuse, es torpe que algún otaku despotrique contra el Furry a causa de la existencia del Yiff. Bien son capaces de distinguir que Anime es una cosa y Hentai es otra. El otaku tampoco está en condición de enfrentar a un Furry Fan porque al fin y al cabo ambos son fanáticos de creaciones ficticias (y querer ofender a un mero admirador del Furry le dejaría en peor posición). Lo que el otaku debe entender es primero que ningún fanatismo es bueno, porque obnubila nuestro juicio y nos niega divertirnos con otras creaciones gráficas. Y por cierto, esta limpieza de criterio se tuvo durante el Boom Furry de los ’80, cuando mayores de edad disfrutaban con sus hijos de estas creaciones en tiempos que la palabra Anime no formaba parte de nuestra lengua ni el rating fregaba desprogramando animaciones. MLP: FIM (2011) fue la chispa mundial que encendió la memoria de las generaciones infantiles de décadas pasadas, y les llevó a evocar y arrastrar a coetáneos en su deseo por reencontrar esos títulos lejanos pero de feliz recordación. Viene a punto resaltar que en EEUU la atención por el Furry ya había empezado a mediados de la década pasada, cuando algunos canales apostaron por retransmitir series como Duck Tales y Tiny Toons mientras empresas pusieron a la venta discos de colección con series como Heathcliff y Bucky O’Hare. Los antiguos amantes estadounidenses del cartoon furry guardaban con celo algunas vivencias; y seguros de que estas animaciones no contenían material grotesco (que debemos reconocer, tanto Cartoon como Anime han emitido por montones en la década anterior), decidieron compartirlas con sus hijos. Es representativo comprobar que el despegue del movimiento Furry en EEUU coincida con que la mayoría de series de este tipo se hallen accesibles a descarga en idioma inglés a partir de la segunda mitad de la década pasada (y no sé ustedes, pero en lo personal dudo que se traten de páginas británicas) y que la producción masiva de material Yiff y su divulgación en internet haya empezado también a partir de la segunda mitad de la década pasada y en idioma inglés.

 

El otaku de habla hispana debe pues entender que, mientras disfrutaba con amigos de Mangas y Animes entre los años 2003 - 2010, en EEUU se estuvo incubando el re-afecto por el Furry. Su retorno al universo gráfico no se debe (como muchos hispanohablantes piensan) a un frenesí repentino por efecto de ver ponys: Es producto de comparar por años diversos aspectos de calidad entre las animaciones nuevas y las antiguas; y de un toque de nostalgia por ese pasado mejor. Algo que sí debe admitirse es que MLP: FIM ha sido el principal impulso del Furry para los demás países del mundo. Porque no creo que haya alguien que se atreva a asegurar que series como Catscratch o Un Show Más hayan sido los responsables de despertar nuevamente la curiosidad en los hispanohablantes por el Furry. MLP: FIM ha sido el tónico que necesitaba el Furry para exhibirse vivaz en EEUU, y la llave que otras naciones requerían para abrir el baúl de la memoria.

 

 

El Furry en el Perú:

 

Perú tuvo la dicha de ser destino de muchas animaciones en el pasado. El Furry no fue la excepción, y sus mejores títulos se transmitieron por diferentes canales. Pero el gusto por el Furry después decayó, por los mismos motivos por los que también perdió espacio en otros países de América de habla hispana: El Cartoon en general disminuyó su calidad gráfica – argumental, mientras que Animes como Dragon Ball destilaban arte por cada esquina. A partir de aquí, aparentemente a ningún peruano le preocupó la suerte que tendría el Furry; hasta que una década después esta variante gráfica se sumó a la onda retro de la evocación…

 

El ingreso al nuevo milenio significó una reducción tremenda en la transmisión por señal abierta de animaciones. El incremento de problemas sociales y la pobreza de entretenimiento saludable por televisión despertaron en un segmento de la población mayor de edad una onda retro por escuchar música de la Nueva Ola y Rock de los ’80. Pienso que con esto surgió el primer estímulo para comenzar a repasar diferentes series animadas de décadas pasadas en páginas como youtube. Otro estímulo lo dieron después dos canales (seguro sin pretenderlo n_n): el 13 y el 2. El 13 desde su refundación se ganó el reconocimiento de ser el canal que más animaciones transmite. En su inicio por supuesto, la mayoría de series transmitidas no fueron Furry ni pertenecían al Boom que nació en los ‘80, pero gracias a su continua presencia en la programación, principalmente los menores de edad han ido retomando ese vínculo que nunca debieron perder con las animaciones. El caso del canal 2 es más saltante, porque por medio del programa La Hora Warner transmitieron una serie Furry representativa del Boom anterior: los Tiny Toons, además de otras series Furry como Looney Toons y obras de Hanna – Barbera. La transmisión de MLP: FIM por youtube ha conseguido que el Furry vuelva a llamar la atención de los admiradores de la animación de toda edad en Perú, y en este proceso algunas páginas nacionales han aportado. Al respecto, el foro Peruanime fue el primero y único en exhibir información sobre esta serie. Después MLP: FIM fue citada en páginas personales y se le creó una comunidad en Facebook. Sí, hay que apreciar el esfuerzo de los seguidores mexicanos grabando, subtitulando y subiendo los episodios de MLP: FIM a la red, porque indirectamente también han favorecido el re-afecto por el Furry en Perú y otros países de América de habla hispana.

 

Personajes de Hernán Bartra (“Monky”) y Juan Acevedo. Su importancia influenciando en el gusto por la variante Furry en nuestro país aún no ha sido debidamente evaluada

 

 

Es necesario:

 

Lo expuse en el primer artículo escrito sobre este tema, que aunque no nos diéramos cuenta, el gusto por las animaciones 2D se hallaba en un nivel preocupante. El Anime atraía tanto la atención de la afición mundial que era de esperarse un fastidio por las animaciones 2D si este género perdía calidad. El desgaste, efecto natural de explotar un mismo recurso por años consecutivos, y la intromisión de los otakus nipones en las decisiones al momento de realizar obras gráficas en Japón, han dado como resultado un montón de producciones sustentadas en el estiramiento exagerado de las historias, en el ecchi y/o en Lolicon. Y esta apreciación, así como todas las expuestas en párrafos anteriores, no nace con intención de desprestigiar a un género gráfico que también admiro; Uds. mismos, amigos lectores, pregúntense cuántos Animes de la década pasada les han parecido dignos de coleccionarse por su riqueza de argumento y comparen la cantidad obtenida con el número total de Animes producidos durante el mismo lapso de tiempo. Sé que el resultado será desalentador; y este descenso en calidad ha sido percibido también por japoneses vinculados al mundo del Anime como Sato Dai, destacado guionista de Cowboy Bebop, Samurai Champloo, Ghost in the Shell: Stand Alone Complex, Eureka Seven, y Ergo Proxy, quien en el 2010 sentenció “Es probable que en unas décadas, el anime muera en Japón”. Por supuesto que quien escribe percibe la visión de Sato Dai como fatalista, pero no deja de ser sintomática; si a cualquier sociedad la bombardean con historias pobres, y a veces, con contenido altamente erótico, llegará el momento en que la mayoría de habitantes las repruebe, y aunque estas historias no pierdan a todos sus seguidores, gran parte de ellos también las rechazará.

 

El ocaso de los elogios al Anime hasta en su misma patria demuestra que no hay género gráfico de éxito perpetuo. El descenso primero del gusto por los Cartoons de Superhéroes y después por el Furry antes de ingresar al 2000 lo demuestran suficiente. Si al Anime le tocara perder popularidad, será por culpa propia; el Furry esta haciendo esfuerzos por levantarse y su seguidores crecen justamente porque notan las mejoras. Lo principal de este proceso es que el gusto por la animación 2D se mantenga, y si el Furry puede conseguirlo, hay que darle oportunidad.

 

 

Apreciaciones finales:

 

Queda al otaku y público en general tolerar el gusto de los seguidores del Furry siempre y cuando estos (como cualquier colecticio aficionado a otra actividad) conserven la mesura en su conducta y buena relación con la sociedad. Que abusar del Yiff es malo, ¡recontra claro que sí!, como lo es ser fanático a cualquier variante pornográfica. Si eres padre, tío o hermano mayor, considera entonces la posibilidad de que los menores del hogar puedan disfrutar de cartoons furry como seguro disfrutaste en algún momento de tu vida (y sobretodo, de aquellas series anteriores a 1995 dado que en la actualidad todavía hay pocas producciones); pero también mantengan vigilancia, porque lamentablemente buscadores de internet como Google exhiben en sus resultados imágenes tomadas de galerías Yiff, algo que escapa al sentido original del Furry: Divertir con sana fantasía. Veamos pues su empuje como el flotador que urgía a las animaciones 2D para no seguir yendo a pique, y si es posible, reencontrémonos con estas series y valoremos su importancia en el mundo gráfico. Gracias por visitar esta página. Hasta otra oportunidad. n_n

 

 

1ª Actualización (Marzo, 2014):

 

El autor del tema utiliza aquí la palabra "exacerbado" para referirse a aquellas personas que exageran en su gusto por el furry (y porque no, también para el que deja de pisar suelo por cualquier otra variante gráfica n_n).

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Al iniciar el 2014 Google efectuó un cambio importante en su buscador de imágenes. Ahora  los resultados sobre material furry no muestran tantos elementos yiff como en años anteriores. Se agradece el mayor cuidado.

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Una página (lamentablemente peruana, y que por respeto a su derecho de seguridad me reservaré no colocar el enlace para evitarle seguras molestias) menciona sobre el furry, con fecha 09 de enero del 2014, lo siguiente:

 

'los “Furry”, personas que les gusta vestirse con trajes de peluche para tener relaciones sexuales.'

 

El evidente error del articulista (que es preferible pensar se debe a ignorancia y no a un deseo de hostilizar a este movimiento) podría deberse a que su fuente de información fue el programa "1000 maneras de morir" (según se desprende de leer todo el párrafo de aquella página). Al respecto, quien escribe también se reconoce vidente casual de dicho programa y por ello entiende que en éste es común insultar y burlarse de las víctimas. Es su formato, es extranjero... allá ellos con lo que producen; lo que interesa es valorar las advertencias que deja al tratar cada accidente. Sin embargo, como fuente de información sobre el furry, gakuen, y todo lo demás que se relacione a la historieta y las animaciones 2D y 3D, obviamente, no puede considerársele. Ojalá para la próxima este articulista y otros tengan más paciencia para hacerse de adecuada información.

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Por cierto, el autor pide disculpas por no haber añadido antes que entre los países de habla hispana se esta empleando otra denominación para quienes visten como personajes furry: 'fursona'. Queda cumplida por completo esta actualización.